Por: 7ma Medios

Nahuel Agustín Gallo, cabo primero de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA), fue detenido por las fuerzas de seguridad venezolanas al ingresar al país caribeño desde Colombia, a través del Puente Internacional Francisco de Paula Santander, en Táchira. Era su primer viaje a Venezuela y tenía como objetivo reunirse con su pareja, María Gómez, de nacionalidad venezolana, y con su hijo de dos años.

La situación escaló rápidamente en un conflicto diplomático. El gobierno argentino denunció que Gallo fue secuestrado bajo acusaciones infundadas de espionaje. Desde la Cancillería y el Ministerio de Seguridad emitieron un comunicado conjunto exigiendo su liberación inmediata y calificaron la detención como “arbitraria e injustificada”.

La familia del gendarme señala que la retención se produjo tras la revisión de su teléfono, donde las autoridades venezolanas encontraron mensajes críticos hacia el régimen de Nicolás Maduro enviados por su pareja. En uno de ellos, María había escrito: “Nahuel, el país se está yendo a la mierda. Tenemos una dictadura”. Esto, consideran, pudo ser utilizado como argumento para su arresto.

Gallo, de 27 años, oriundo de Catamarca y actualmente destinado en el escuadrón de Uspallata, Mendoza, contaba con licencia anual y había informado formalmente sobre su viaje. “Era una visita familiar, nada más. Todo lo demás es un disparate”, declaró la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Además, las autoridades argentinas confirmaron que el cabo primero no tenía ningún vínculo con actividades de inteligencia.

La detención ocurrió el 8 de diciembre, pero no fue revelada hasta el viernes siguiente. Desde entonces, Gallo habría sido trasladado a una base de los Servicios de Inteligencia en Táchira. La Gendarmería presentó un recurso de hábeas corpus en el Juzgado Federal de Mendoza, denunciando privación ilegítima de libertad y riesgo de desaparición forzada.

En paralelo, Cancillería denunció también la detención de un empleado local de la embajada argentina en Caracas, agravando aún más las ya tensas relaciones bilaterales. El gobierno argentino busca apoyo diplomático de países vecinos como Colombia y Brasil para mediar en el conflicto.

El caso también generó reacciones de organismos de derechos humanos. El Foro Argentino por la Defensa de la Democracia emitió un comunicado calificando la situación como una “grave violación a los derechos humanos” y señaló: “El secuestro de Gallo es una muestra más de las prácticas autoritarias del régimen de Maduro”.

Mientras tanto, la madre del gendarme y su pareja permanecen en contacto constante con las autoridades argentinas. “Lo único que queremos es que Nahuel vuelva a casa. Esto es una injusticia”, afirmó Gómez. El gobierno argentino trabaja contrarreloj para demostrar que el viaje fue estrictamente personal y lograr su liberación lo antes posible.