

Por: 7ma Medios
En una entrevista exclusiva con 7ma Medios, Walter Dewey celebró el primer gran evento rural en su predio "El Retorno", ubicado en Brandsen, junto a su amigo y socio Darío Orrego, conocido como "Quichi". “La fiesta de los amigos nació del corazón y el esfuerzo”, expresó emocionado Dewey, destacando el espíritu de unidad y trabajo que dio vida a la jornada.
El evento, que combinó jineteadas, asado, música y actividades familiares, fue construido “todo a pala y pisón, como en los tiempos de antes”, relató Dewey, orgulloso de haber levantado desde cero el campo, el alambre, el escenario, la manga y el palenque.
Con cerca de 50 caballos compitiendo en la modalidad de grupa para aficionados y participantes llegados de diferentes localidades como Ayacucho, General Belgrano, Chascomús, Monte Grande, La Plata y Ensenada, Dewey destacó: “Queríamos darle una gran oportunidad a los chicos que están empezando en este deporte”.
La jornada también incluyó una fuerte apuesta a los premios: “Mañana vamos a largar el cuero tendido con un premio importante para los jinetes”, adelantó. Los premios ascienden a 800.000 pesos para el primer lugar, y se reparten hasta el cuarto puesto, fortaleciendo el incentivo a los nuevos talentos de la jineteada.
En cuanto al clima, Dewey agradeció el esfuerzo colectivo: “Hasta con baldes, camionetas y bombas sacamos el agua después de la lluvia, la fuerza de los amigos pudo más”, aseguró.
Más allá de la competencia, el predio se transformó en un espacio de integración y contención: “Hoy los jóvenes son blanco de la delincuencia; por eso es importante darles espacios como este, donde prevalezca la familia y el respeto”, remarcó.
La gran fiesta continúa con un baile campero, shows en vivo a cargo de Leo Luna, Bocha Lo Bosco y la presentación especial de Pampa Cruz de Colón. “La idea es que esto siga y podamos hacer al menos dos fiestas al año”, adelantó Dewey, soñando también con iluminar el predio para futuros encuentros nocturnos.
El evento se desarrolla en el establecimiento El Retorno, sobre la Ruta 210, kilómetro 64,300, donde, entre guitarras, caballos y costillares, se respira el auténtico aire de campo argentino.