Por: 7Ma Medios

Con la llegada del frío, los virus respiratorios encuentran el escenario ideal para propagarse, y los niños se convierten en los principales afectados. Las bajas temperaturas no solo hacen que la mucosa nasal se seque, sino que también ralentizan un sistema clave de defensa: el movimiento de las cilias, pequeñas estructuras que eliminan el moco cargado de virus y bacterias.

Cuando este mecanismo natural —conocido como clearance mucociliar— se ve comprometido, los patógenos ingresan más fácilmente al organismo. La consecuencia es el aumento de cuadros de resfrío, tos, congestión nasal y dolor de garganta.

Existen más de 200 virus capaces de causar resfríos, aunque los rinovirus son los más frecuentes, sobre todo en los más chicos. Se diseminan por el aire, a través del contacto cercano, y también por las superficies. Las conocidas Gotitas de Flugge —micropartículas que se expulsan al hablar, toser o estornudar— se adhieren a teclados, picaportes o mesas. Basta con tocar esos objetos y luego llevarse las manos a la cara para que el contagio ocurra.

Los síntomas típicos incluyen estornudos, congestión, secreción nasal, dolor de garganta, tos y dolor de cabeza. Suelen aparecer a los pocos días de contraer el virus y duran alrededor de una semana. Aunque existen tratamientos para aliviar las molestias, no hay cura específica: se trata de un proceso que el cuerpo supera solo.

Importante: los antibióticos no sirven para tratar resfríos. Al ser infecciones virales, no responden a este tipo de medicamentos, cuyo uso innecesario puede provocar más daño que beneficio.

Entre las recomendaciones para prevenir los contagios se destacan el lavado frecuente de manos, evitar tocarse la cara sin higienizarse antes, desinfectar superficies, no compartir utensilios con personas enfermas y cubrirse bien al toser o estornudar. Además, es clave quedarse en casa si se presentan síntomas, para evitar la propagación.

Mantener una buena hidratación, descansar, humidificar los ambientes y llevar una dieta liviana también ayuda a transitar mejor el cuadro. En el caso de los niños, se recomienda evitar ciertos medicamentos con pseudoefedrina o efedrina, y consultar siempre con un profesional antes de medicar.

El invierno es época de abrigo, caldos calientes y cuidados reforzados. Y aunque el resfrío parezca una molestia menor, no hay que subestimarlo: la prevención y la atención adecuada pueden hacer la diferencia.