Por: 7ma Medios

El conflicto en el Hospital Garrahan sumó un nuevo capítulo de tensión. Los médicos residentes resolvieron en asamblea rechazar la última propuesta del Gobierno nacional, que incluía un bono de $500.000 para alcanzar un ingreso mensual de $1.300.000 desde julio. La medida fue considerada insuficiente y, en consecuencia, anunciaron la continuidad del paro junto con una movilización al Ministerio de Salud prevista para este jueves.

La propuesta oficial, que fue enviada mediante un memo por la cartera sanitaria, no logró calmar los ánimos en el principal hospital pediátrico del país. La crítica principal: el incremento sería a través de un bono no remunerativo. “Eso significa que no se actualiza, no entra en el aguinaldo ni deriva aportes”, explicaron los profesionales.

El enojo de los residentes también alcanzó al tono de las declaraciones oficiales. “El Gobierno habla de transparencia y meritocracia, pero nos ofrece parches en lugar de soluciones reales”, deslizaron desde la Asamblea de Residentes. A esto se sumó el malestar con el ministro de Salud, Mario Lugones, quien acusó a sectores del hospital de integrar “militancia rentada”. El presidente Javier Milei respaldó públicamente esos dichos.

El rechazo no es exclusivo de los residentes. Enfermeros, camilleros y administrativos nucleados en ATE también se encuentran en conflicto. Este martes resolvieron sumarse al paro del jueves. “El Gobierno no solo incumplió la conciliación obligatoria, sino que ni siquiera citó a una audiencia de negociación”, denunció Alejandro Lipcovich, secretario general de la Junta Interna del gremio.

Según cifras oficiales, los residentes percibían hasta ahora un ingreso de $797.000 en mano. El aumento propuesto a través del bono llevaría los ingresos a $1.300.000 para los de primer año, y hasta $1.500.000 para jefes de residencia. Pero desde ATE advirtieron que esa mejora “no alcanza al 90% del personal” y que “lejos de cerrar el conflicto, lo agrava”.

El centro de salud, que atiende diariamente a miles de niños y niñas de todo el país, se encuentra en una situación crítica. “El Garrahan no funciona sin residentes ni sin el personal de planta”, remarcó Gerardo Oroz, uno de los referentes sindicales.

Mientras tanto, el Ministerio de Salud evalúa posibles sanciones a quienes incumplan la conciliación obligatoria. Pero la respuesta del personal parece firme: si la oferta no es integral y sustentable, el conflicto seguirá escalando.