

Por: 7ma Medios
Una parada de colectivos en Longchamps lleva desde esta semana un nombre que resume años de trabajo, compromiso y cercanía con la comunidad: Rubén Osvaldo “Perita” Herrero. El Municipio de Almirante Brown decidió homenajear al histórico chofer de la línea 515, imponiendo su nombre en el refugio ubicado en Combate de Monte Santiago y Castillo, en el barrio Viplastic.
La iniciativa se concretó mediante la ordenanza N° 13.447, aprobada por el Concejo Deliberante, que declaró a Herrero como personalidad destacada del transporte público municipal. La parada señalada es, además, el punto final del recorrido de la línea que él mismo transitó durante más de tres décadas.
“Nos alegra poder reconocer a nuestros vecinos y vecinas por la labor y el rol que cumplen en nuestro distrito, como lo hizo Rubén, que es un ejemplo de servicio a la comunidad”, expresó el intendente Mariano Cascallares durante el acto de imposición del nombre.
“Perita” recibió entre aplausos una copia de la ordenanza que lleva su nombre, acompañado por familiares, vecinos y excompañeros de trabajo. Entre los presentes estuvieron el presidente del Concejo Deliberante, Nicolás Jawtuschenko, y la delegada municipal de Longchamps, Valeria Soria.
La propuesta surgió de los propios vecinos del barrio Viplastic, quienes juntaron firmas para impulsar el reconocimiento. Mabel, una de las impulsoras, participó del acto y agradeció que el homenaje se concretara: “Rubén fue siempre un vecino querido. Esto nos emociona a todos”.
Nacido en Glew, donde reside desde hace más de 40 años, Herrero es padre de tres hijos. A lo largo de 32 años como chofer, se ganó el cariño de generaciones de pasajeros. Su carisma y responsabilidad lo convirtieron en un referente cotidiano de las calles brownianas.
Tal fue el aprecio de su comunidad que, en su último día de trabajo, lo despidieron con un festejo improvisado: hubo abrazos, aplausos y hasta carteles de agradecimiento. Él, a bordo de su colectivo, colgó uno propio con un mensaje que ahora quedó inmortalizado en un mural junto al refugio: “Mi última vuelta, me jubilo”.