

Por: 7ma Medios
Boca dejó pasar una gran oportunidad en su debut mundialista
El Xeneize comenzó con autoridad, se puso 2 a 0 en el Hard Rock Stadium de Miami, pero no supo cerrarlo. Benfica reaccionó con los goles de dos argentinos: Di María, de penal, y Otamendi, de cabeza. Un empate que deja sensaciones encontradas y obliga a sumar ante Bayern Munich para soñar con los octavos.
El estreno de Boca en el Mundial de Clubes tuvo de todo. Emoción, goles, polémicas y bronca. El conjunto de Miguel Ángel Russo mostró carácter en el arranque, fue superior en el primer tiempo y golpeó con efectividad. A los 18 minutos, Lautaro Blanco rompió líneas por izquierda, tiró un caño y asistió a Miguel Merentiel, que abrió el marcador. Poco después, Battaglia amplió la ventaja de cabeza tras una pelota parada.
Parecía controlado, pero en la última del primer tiempo llegó la primera alarma. Palacios cometió un penal ingenuo sobre Otamendi, el árbitro revisó en el VAR y Di María lo cambió por gol. El descuento revitalizó al equipo portugués, que salió con más intensidad en la segunda parte.
Pese a la expulsión de Belotti por una durísima falta sobre Ayrton Costa, Benfica no se desordenó. Boca, en cambio, no supo aprovechar el hombre de más. Se replegó, perdió frescura y terminó sufriendo. A los 38, Otamendi ganó en el área y de cabeza selló el empate.
El cierre fue caliente. Figal vio la roja por una fuerte entrada, Herrera salió con molestias y el equipo perdió el control del juego. Las declaraciones post partido dejaron ver la frustración.
“Sabíamos lo que nos jugábamos. Tenemos bronca, pero también fe”, expresó Lautaro Blanco.
“Se nos escapa otra vez por una pelota parada. Hay que competir así”, dijo Rodrigo Battaglia.
“El penal no es penal. Me duele que no supimos manejar el partido con uno más”, reconoció Russo.
“El árbitro dejó pegar mucho. Nos distrajimos dos veces y lo pagamos”, sentenció Di María.
Boca dejó una imagen digna, pero el empate duele. Ahora tendrá que medirse ante Bayern Munich, el viernes por la noche. Un cruce decisivo para seguir con vida en el Mundial.