

Por: 7ma Medios
Boca quedó eliminado del Mundial de Clubes tras igualar 1-1 con Auckland City, un rival semi amateur que mostró más eficacia que el equipo de Russo en un partido decisivo disputado bajo un clima agobiante en Nashville.
El equipo argentino se puso en ventaja con un gol en contra de Garrow a los 26 minutos del primer tiempo, pero en el complemento Christian Gray sorprendió y marcó el empate para los neozelandeses. A pesar de jugar con cinco delanteros y generar varias situaciones de gol, Boca no encontró la claridad necesaria para romper el empate.
El conjunto azul y oro necesitaba una goleada improbable para soñar con la clasificación. Pero mientras aguardaba en el vestuario por la reanudación del encuentro –suspendido durante 50 minutos por tormenta eléctrica–, la victoria de Benfica ante Bayern Múnich sellaba su destino.
El nivel mostrado por Boca distó del que había exhibido en sus primeros dos partidos. A pesar de haber competido ante grandes equipos europeos, no logró imponerse a un rival integrado por jugadores con oficios ajenos al fútbol profesional. “Lo de hoy fue muy flojo. No supimos cómo romper el bloque de ellos y no estuvimos finos”, reconocieron desde el cuerpo técnico tras el partido.
El equipo generó opciones con remates de Palacios, un gol anulado a Merentiel por mano de Zenón y un par de intentos más en el final. Sin embargo, la falta de precisión e ideas se hizo evidente. “Nos faltó profundidad y no estuvimos finos en la definición”, agregó otro integrante del plantel.
El empate dejó una imagen opaca y una eliminación anticipada que obliga a una fuerte autocrítica. Boca cerró así su participación en el torneo con dos puntos, producto de los empates ante Benfica y Auckland City, y una derrota frente a Bayern. El proyecto de Russo, que había ilusionado por momentos, termina esta etapa con más preguntas que respuestas.