

Por: 7ma Medios
Racing vivió una noche épica en el Cilindro de Avellaneda. Bajo una lluvia incesante y con más de 50 mil hinchas en las tribunas, el equipo de Gustavo Costas derrotó 3-1 a Peñarol de Uruguay y logró revertir la serie para avanzar a los cuartos de final de la Copa Libertadores.
La historia comenzó temprano. A los seis minutos, un rebote tras un cabezazo de Marcos Rojo quedó servido para Adrián “Maravilla” Martínez, que puso el 1-0 y empató la serie en el global. Sin embargo, el visitante reaccionó rápido: a los 15, Nahuel Herrera apareció solo en un córner y marcó el empate parcial que volvió a complicar a la Academia.
El partido se jugó al límite, con fricción, polémicas y la cancha pesada por la lluvia. Racing insistió siempre y en el segundo tiempo encontró el premio. Una falta dentro del área contra Martínez fue sancionada por el árbitro Wilmar Roldán y el propio delantero convirtió el penal para poner el 2-1 a los 83 minutos.
Cuando todo parecía encaminarse a los penales, apareció la jugada decisiva. En el tercer minuto de descuento, Gastón Martirena lanzó un centro perfecto y Franco Pardo, libre en el segundo palo, conectó de cabeza para desatar la euforia en Avellaneda.
“Fue un partido dramático, de esos que quedan en la historia. El equipo nunca dejó de creer”, destacó Gustavo Costas.
La clasificación tuvo condimentos de sobra: emoción, suspenso, discusiones arbitrales y un final que desató el desahogo de la hinchada.
“Sabíamos que teníamos que dejar todo. Este club merece noches así”, afirmó Maravilla Martínez, autor de un doblete clave.
Con este resultado, Racing se instaló entre los ocho mejores de América. En la próxima instancia se medirá con Vélez, que eliminó a Fortaleza, en un duelo que promete ser otra batalla argentina por un lugar en semifinales.