Por: 7ma Medios

La Confederación Sudamericana de Fútbol dictó un fallo que cambió el rumbo de la Copa Sudamericana: Independiente quedó eliminado y Universidad de Chile avanzará a cuartos de final para enfrentar a Alianza Lima. La sanción se dio tras los violentos disturbios del 20 de agosto en Avellaneda, cuando barras locales irrumpieron en la tribuna visitante en medio de una batalla campal.

La decisión cayó como un golpe en el Rojo. Además de la eliminación, el club deberá jugar sus próximos siete partidos internacionales sin público, afrontar la prohibición de hinchas visitantes en otras siete fechas y pagar una multa de 250.000 dólares. La U de Chile también recibió castigos: siete partidos a puertas cerradas y una multa de 120.000 dólares.

Independiente respondió con dureza. En una extensa carta dirigida a Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, acusó a la entidad de favorecer a las sociedades anónimas y desvirtuar la esencia del fútbol sudamericano.

“La violencia se transforma en un atajo para evitar competir deportivamente hasta el final”, afirmó la dirigencia de Independiente en su descargo oficial.

El club también exigió que se devuelvan los objetos entregados al Museo de la Conmebol. “No admitimos que se exhiban en un ámbito que contradice los valores que los hicieron posibles”, remarcaron en el comunicado firmado por Néstor Grindetti y Daniel Seoane.

Desde la vereda opuesta, Universidad de Chile celebró el fallo aunque también cuestionó parte de las sanciones.

“Sentimos que quedarnos como ganadores era lo que correspondía… de milagro no hubo muertos por culpa de la mala organización del club anfitrión”, señaló Michael Clark, presidente de la U de Chile.

La medida sienta un precedente inédito en la Sudamericana. El único antecedente cercano se remonta a 2015, cuando Boca fue eliminado de la Libertadores tras el ataque con gas pimienta a los jugadores de River en la Bombonera.

Mientras la U ya piensa en Alianza Lima, en Avellaneda reina la bronca y la sensación de injusticia. En redes sociales, Independiente resumió su malestar con una imagen contundente: una campera ensangrentada y la frase “Perdió el fútbol, ganaron los violentos”.