

Por: 7ma Medios
La tensión cambiaria volvió a marcar la agenda financiera. El dólar minorista llegó a los $1.515 en el Banco Nación y el paralelo acompañó la suba hasta igualarlo. En paralelo, el mayorista se mantuvo en $1.474,50 gracias a la intervención oficial, que en apenas dos jornadas se desprendió de USD 432 millones.
El Gobierno insiste en que tiene poder de fuego para sostener el esquema. El ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró:
“Vamos a vender hasta el último dólar en el techo de la banda, el programa se diseñó así. Hay suficientes dólares para todos”, afirmó Caputo.
Pese a ese mensaje, los analistas advierten que el margen es cada vez más limitado. Un informe de BancTrust & Company estimó:
“Si este ritmo de ventas se mantiene, el Banco Central podría perder cerca de 10.000 millones de dólares antes de las elecciones”, señaló la consultora.
En el mercado de deuda, los bonos soberanos mostraron una leve recuperación tras las caídas del día anterior, lo que permitió que el riesgo país bajara a 1.421 puntos. Sin embargo, la calma es frágil: los inversores siguen atentos a la dinámica política y al cumplimiento de los próximos vencimientos.
El Banco Central reforzó los controles para directivos de bancos y entidades financieras, que no podrán operar con dólares financieros hasta 90 días después de comprar en el mercado oficial. Se trata de una extensión de las restricciones que ya regían para las empresas.
Mientras tanto, la brecha cambiaria reapareció: el contado con liquidación trepó a $1.543,33 y el MEP a $1.519,69, ampliando la diferencia con el oficial al 4,7%.
La incertidumbre se combina con rumores de un posible préstamo de Estados Unidos y con la expectativa de las elecciones legislativas de octubre. La señal que esperan los mercados es clara: hasta dónde llegará el Gobierno en su estrategia de sostener el dólar con reservas.