Por: 7ma Medios

Boca Juniors vivió una montaña rusa en La Bombonera. Pasó de un primer tiempo arrollador, en el que se imponía con claridad 2-0, a un segundo tiempo marcado por el desconcierto que le permitió a Central Córdoba rescatar un 2-2 inesperado. Los goles de Rodrigo Battaglia y Miguel Merentiel parecían encaminarlo a la cima de la tabla, pero los tantos de José Florentín e Iván Gómez lo dejaron con bronca y la sensación de haber perdido algo más que dos puntos.

El comienzo fue perfecto para el equipo de Miguel Ángel Russo. Con Leandro Paredes como eje y Battaglia nuevamente decisivo en el juego aéreo, Boca manejó los hilos y abrió el marcador en una pelota parada. “Es el tercer partido seguido que convierto de cabeza, me toca aprovechar la confianza del técnico y los centros de mis compañeros”, reconoció Rodrigo Battaglia, autor del primer gol.

La fórmula se repitió con Merentiel, que amplió la ventaja tras una gran jugada colectiva. En ese pasaje, Boca tuvo todo: movilidad en ataque, firmeza defensiva y la sensación de que podía golear. Sin embargo, la historia cambió de golpe.

Central Córdoba, golpeado en las últimas fechas, reaccionó gracias a los cambios de Omar De Felippe y al desconcierto local. Primero Florentín descontó en un rebote aéreo, y más tarde Iván Gómez selló el empate con un derechazo implacable. “Lo fuimos a buscar hasta el final y nos llevamos un premio enorme”, celebró Iván Gómez, protagonista del 2-2.

La Bombonera pasó del entusiasmo a la incredulidad en cuestión de minutos. Boca perdió la intensidad, se desordenó en el medio y no encontró respuestas desde el banco. Russo apenas movió una pieza en 96 minutos, decisión que dejó expuesto al equipo.

El Xeneize se fue entre la impotencia y la autocrítica. Había hecho todo para ganar, pero los fantasmas reaparecieron en el momento menos pensado. El empate lo mantiene en la pelea, aunque la herida es clara: Boca tuvo una fiesta servida en casa y terminó lamentando un derrumbe inesperado.