

Por: 7ma Medios
El hallazgo fue posible gracias al análisis de 10 años de datos del satélite CryoSat, operado por la Agencia Espacial Europea (ESA).
Su dinámica influye en el movimiento de los glaciares y en el aumento del nivel del mar.
Ocultos bajo la mayor masa de hielo de la Tierra, estos lagos subglaciales forman parte de una estructura dinámica que afecta la estabilidad de los glaciares y, por ende, el nivel global del mar.
Algunos de ellos son activos, es decir, se llenan y drenan cíclicamente, lo que permite estudiar procesos internos de la capa de hielo.
“Antes de nuestro estudio, solo se habían observado 36 ciclos completos de llenado y vaciado. Ahora sumamos 12 más”, explicó Sally Wilson, autora principal e investigadora de la Universidad de Leeds.
El equipo científico utilizó las observaciones de CryoSat para detectar variaciones en la elevación del hielo, que sube y baja según el comportamiento de los lagos subglaciales.
Estos cambios permitieron cartografiar nuevas vías de drenaje y descubrir cinco redes interconectadas de lagos, revelando una hidrología subglacial más compleja de lo esperado.
El flujo subglacial puede acelerar el desplazamiento del hielo hacia el océano
El agua de deshielo subglacial se genera por el calor del lecho rocoso y la fricción del hielo en movimiento. Esta agua se acumula y drena periódicamente, reduciendo la fricción entre el hielo y la roca, lo que facilita el deslizamiento glacial hacia el océano.
Este proceso tiene implicancias directas en la estabilidad de la capa de hielo y en la circulación oceánica global.
Contiene hasta 65.000 km² de agua bajo 4 km de hielo.
El lago subglacial más grande conocido es Vostok, ubicado bajo la Antártida Oriental. Aunque se considera estable, su eventual drenaje podría alterar la capa de hielo, afectar hábitats marinos y modificar el nivel del mar.
Su volumen de agua es suficiente para llenar el Gran Cañón y desbordarlo en un 25 %.
Los datos subglaciales mejoran la comprensión de las interacciones entre hielo, roca, océano y atmósfera.
Los ciclos de llenado y vaciado de estos lagos constituyen un conjunto de datos valioso para los modelos climáticos.
Al monitorear estos fenómenos, los científicos pueden predecir mejor la evolución de las capas de hielo, entender sus interacciones con el entorno y anticipar escenarios de cambio climático.
FUENTE: NOTICIAS AMBIENTALES