Por: 7ma Medios

Lanús estuvo a minutos de dar un golpe histórico en Santiago, pero un cierre cargado de polémica terminó diluyendo su ventaja. En un partido que se jugó a puertas cerradas por la sanción impuesta al conjunto trasandino, el Granate igualó 2-2 ante Universidad de Chile en la ida de las semifinales de la Copa Sudamericana.

El encuentro comenzó condicionado desde antes del pitazo inicial. El micro que trasladaba al plantel argentino fue apedreado en su llegada al Estadio Nacional, en un episodio que volvió a poner la violencia en el centro de la escena. Aun así, el equipo dirigido por Mauricio Pellegrino salió enfocado y firmó un primer tiempo impecable.

Rodrigo Castillo fue el gran protagonista. Primero sorprendió a todos con un golazo desde mitad de cancha, y minutos más tarde amplió la diferencia tras una gran asistencia de Eduardo Salvio. En apenas media hora, Lanús se imponía 2-0 y parecía encaminar la serie.

“Nos vamos con bronca. Hicimos todo para ganarlo, pero otra vez nos vamos hablando del árbitro”,
afirmó Rodrigo Castillo tras el encuentro.

En el complemento, la historia cambió. El local adelantó líneas y Di Yorio descontó luego de un error de Nahuel Losada. Pese a que Lanús tuvo el 3-1 en la cabeza de Castillo -su testazo dio en el travesaño-, el cierre fue dramático. En tiempo agregado, el brasileño Anderson Daronco sancionó un penal por mano de Agustín Cardozo, una decisión muy protestada por los jugadores argentinos.

“Fue falta antes de la mano. No se puede cobrar eso en una semifinal”, reclamó Carlos Izquierdoz al finalizar el partido.

Charles Aránguiz cambió la pena máxima por gol y selló el 2-2 definitivo en un clima de máxima tensión, con cruces entre los bancos y quejas generalizadas.