Por: 7ma Medios
La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, anunció un estado de “alerta máxima” en las fronteras argentinas tras la ola de violencia desatada en Río de Janeiro durante un megaoperativo contra el grupo narco Comando Vermelho (CV). La decisión, según precisó, busca impedir el ingreso al país de integrantes de las organizaciones criminales brasileñas, que mantienen el control de amplias zonas urbanas.
“Brasil perdió el control territorial frente a las bandas criminales”, afirmó Bullrich en una entrevista televisiva. La funcionaria recordó que en 2010 el país vecino había impulsado un “modelo de policía de pacificación” que permitió generar un clima de relativa calma en las favelas. “Después vino la política de dejar hacer, y las organizaciones volvieron a tomar el territorio”, añadió.

La ministra vinculó la actual crisis brasileña con la pérdida de autoridad estatal en barrios dominados por el narcotráfico. “El Comando Vermelho domina todas las prisiones en Brasil. Las cárceles se convirtieron en los mandos de las organizaciones criminales”, señaló, y advirtió que las fuerzas de seguridad de ese país “ya no pueden ingresar a ciertos territorios sin ser detectadas”.
El Gobierno nacional decidió reforzar los controles en la frontera norte y noreste, especialmente en los pasos con Brasil y Paraguay. Bullrich explicó que la alerta busca anticiparse a eventuales desplazamientos de miembros de las bandas involucradas en los enfrentamientos.
“Si uno tiene 120 muertos, 100 detenidos y 2.000 que se escaparon, esos pueden ir a otro país. Por eso pusimos alerta máxima”, justificó la funcionaria. También aclaró que la medida no afecta a turistas, sino a personas con “simbología o tatuajes” asociados a las organizaciones narco.
Desde el Ministerio de Seguridad indicaron que los controles estarán organizados en tres niveles: en frontera, a la altura del norte de Santa Fe y más al sur del país. Además, se activó un sistema de coordinación con Migraciones y las fuerzas policiales de Brasil y Paraguay.
“Vamos a mirar con cuatro ojos a los brasileños que vienen, si tienen antecedentes o no. Es un modelo de alerta, no de cierre”, precisó Bullrich, tras una reunión con el presidente Javier Milei en la Casa Rosada.

La medida argentina llega en medio de una de las operaciones policiales más grandes en la historia de Río de Janeiro, donde al menos 132 personas murieron y más de 80 fueron detenidas. Cerca de 2.500 agentes participaron del operativo en las favelas de Penha y Alemão, epicentro del poder del Comando Vermelho.
El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva envió a sus ministros de Justicia y de la Casa Civil para supervisar la situación y habilitó cárceles federales de máxima seguridad ante la magnitud del conflicto.
Mientras tanto, desde Buenos Aires, Bullrich sostuvo que Argentina mantiene bajo vigilancia a seis detenidos vinculados al PCC y al Comando Vermelho. “Estamos trasladando a las cárceles federales a quienes manejaban dinero desde prisión para cortarles el circuito”, dijo.
La funcionaria insistió en que el país debe mantenerse en alerta frente a la expansión regional del crimen organizado: “Reforzamos las fronteras para proteger a los argentinos ante cualquier desbande que pueda generarse por los conflictos en Río de Janeiro”.