Por: 7ma Medios
José Antonio Kast ganó la segunda vuelta presidencial y se convirtió en el próximo presidente de Chile tras imponerse con el 58 % de los votos frente a Jeannette Jara, que obtuvo el 41 %, según datos oficiales del Servicio Electoral. La diferencia, cercana a los 17 puntos, marcó uno de los triunfos más amplios desde el retorno democrático.
El dirigente ultraderechista, exdiputado y fundador del Partido Republicano, se impuso en las 16 regiones del país, incluso en distritos históricamente favorables a la izquierda, como Valparaíso y la Región Metropolitana. La ventaja fue especialmente marcada en zonas mineras del norte y en regiones agrícolas del sur.
Durante su discurso ante simpatizantes, Kast agradeció el respaldo recibido en la segunda vuelta y destacó el resultado como un mandato político claro.
“Los chilenos están esperanzados de lo que vamos a hacer. A todos les digo gracias por este triunfo”, afirmó José Antonio Kast.
“Voy a ser el presidente de todos los chilenos. Chile nos ha dado un mandato sin dudas”, agregó.
El resultado tiene un peso simbólico particular: Kast es el primer dirigente que apoyó públicamente la continuidad de Augusto Pinochet en el plebiscito de 1988 en llegar a La Moneda por vía electoral. Hasta ahora, el único presidente de derecha desde el fin de la dictadura había sido Sebastián Piñera, quien se había pronunciado contra la permanencia del régimen militar.
Tras reconocer la derrota, Jeannette Jara habló ante militantes y remarcó el respeto por el veredicto de las urnas.
“Me comuniqué con el presidente electo para desearle éxitos por el bien de Chile y de todas las personas que viven en nuestro país”, señaló.
“Nuestra democracia se fortalece cuando respetamos la voluntad ciudadana”, añadió.
La excandidata también anticipó el rol que asumirá su espacio político en la nueva etapa.
“Seremos una oposición propositiva y exigente”, sostuvo.
“En todo lo que sea retroceder encontrará una oposición firme, democrática y responsable”, advirtió.
El escenario que se abre combina un Ejecutivo con fuerte legitimidad electoral y un Congreso fragmentado. Kast deberá gobernar sin mayorías propias: la derecha y la ultraderecha quedaron a pocos escaños de controlar la Cámara de Diputados y empatan con la izquierda en el Senado.
El politólogo Nicolás Freire advirtió sobre las tensiones posibles a partir del resultado.
“Cuando un candidato obtiene una distancia tan amplia, puede surgir la ambición de ir más allá de lo planteado en su programa”, explicó.
“Eso hace prever un gobierno con mayor fricción, donde el Senado será una trinchera clave para la oposición”, agregó.
La campaña estuvo atravesada casi exclusivamente por los temas de seguridad y migración, ejes centrales del discurso de Kast, pese a que Chile mantiene indicadores de violencia inferiores a los de la mayoría de los países de la región. El presidente electo prometió endurecer la política migratoria, impulsar expulsiones masivas y avanzar con cárceles de máxima seguridad para líderes del narcotráfico.
En el plano internacional, la victoria fue celebrada por referentes de la derecha regional y por el gobierno de Estados Unidos. Javier Milei destacó el resultado como parte de un giro ideológico en América Latina, mientras que el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, expresó la voluntad de fortalecer la cooperación bilateral.