Por: 7ma Medios

En un escenario atravesado por tensiones internas, los distintos sectores del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires retomaron las reuniones para avanzar en la renovación de autoridades. El encuentro se desarrolla en la histórica sede de la calle Matheu, con un objetivo central: evitar una confrontación electoral abierta en las internas previstas para el 15 de marzo de 2026.

Con los mandatos partidarios vencidos, el proceso formal ya está en marcha. El Consejo del PJ definió un cronograma que fija el 8 de febrero como fecha límite para la presentación de listas, la exhibición de padrones entre el 22 y el 27 de enero, la etapa de impugnaciones hasta el 15 de febrero y la oficialización de boletas el 4 de marzo. Si hay competencia, el escrutinio comenzará al día siguiente de los comicios.

Detrás del calendario, la discusión política es más profunda. El kicillofismo y el cristinismo exploran un acuerdo que permita una lista de unidad, mientras persisten diferencias acumuladas en los últimos meses. El control de los resortes partidarios, en especial la definición de los apoderados, aparece como uno de los puntos más sensibles.

“Queremos fortalecer la unidad y que se respeten todos los lugares que tiene cada sector”, afirmaron dirigentes del espacio alineado con Cristina Fernández.

En la previa a la reunión central hubo encuentros reservados entre referentes del Movimiento Derecho al Futuro, que impulsa la proyección política del gobernador Axel Kicillof, y dirigentes del kirchnerismo. De ese intercambio participaron, entre otros, Andrés Larroque, Gabriel Katopodis, Mariano Cascallares y Julio Alak, junto a Federico Otermín y Alejandro Dichiara. El objetivo fue acercar posiciones y ordenar la discusión que se abrirá en el congreso partidario.

El intendente de Lomas de Zamora, Federico Otermín, tuvo un rol activo en esas conversaciones. Su nombre, al igual que el de otros jefes comunales del conurbano sur, aparece mencionado como posible alternativa de consenso. En ese grupo también se mueven Mariano Cascallares, de Almirante Brown, y Nicolás Mantegazza, de San Vicente, en un intento por construir un esquema de equilibrio interno.

Mientras tanto, el cristinismo no descarta insistir con la continuidad de Máximo Kirchner al frente del PJ bonaerense, aunque evita fijar definiciones públicas. Desde ese sector remarcan que la prioridad no son los nombres sino el reparto de espacios y el funcionamiento del partido.

“Los nombres se van a discutir después; ahora lo importante es que todos tengan el mismo peso”, señalaron referentes partidarios cercanos a esa postura.

En paralelo, Verónica Magario surge como la figura que el Movimiento Derecho al Futuro evalúa para disputar la conducción del partido. También aparecen en el radar Mariel Fernández y, con mayor hermetismo, el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, cuyo posicionamiento genera especulaciones tras recientes gestos políticos.

Además de la presidencia partidaria, el PJ deberá renovar consejeros seccionales, autoridades por ramas y la conducción de las 135 unidades básicas, una instancia que suele profundizar disputas locales. En distritos del sur del conurbano, como Lomas de Zamora, Almirante Brown, San Vicente y Esteban Echeverría, estas definiciones tienen impacto directo en el armado territorial.