lunes 29 de diciembre de 2025 - Edición Nº767

Salud | 29 dic 2025

SALUD Y ALIMENTACIÓN

Dietas virales bajo la lupa científica

14:36 |El ayuno intermitente y los planes de moda ganan popularidad. La evidencia advierte límites, riesgos y falsas promesas.


Por: 7ma Medios

El interés por el ayuno intermitente y las dietas de moda creció de manera sostenida, impulsado por redes sociales y discursos que prometen resultados rápidos. Sin embargo, no todo lo que se viraliza es necesariamente saludable ni cuenta con aval científico.

Desde la Federación Argentina de Cardiología (FAC) advierten que muchas de estas prácticas se difunden sin un análisis riguroso de sus efectos reales. “Aunque suelen asociarse con promesas de descenso rápido de peso, mejoras metabólicas o ‘desintoxicación’, no todas tienen un respaldo científico sólido, y algunas pueden implicar riesgos si no se realizan con acompañamiento profesional”, señaló el Dr. Diego Picchio, médico cardiólogo y miembro del Comité de Salud Ambiental y Prevención Cardiovascular de la entidad.

Qué es el ayuno intermitente y qué puede aportar

El ayuno intermitente reúne distintos esquemas que alternan períodos de alimentación con lapsos de restricción, como el método 16/8, el 5:2 o el ayuno en días alternos. En esas horas sin ingesta, el organismo pasa de utilizar glucosa a emplear grasas como fuente de energía, con cambios hormonales y metabólicos que fueron estudiados en distintos contextos.

Algunos trabajos muestran reducciones moderadas de peso, mejoras en la sensibilidad a la insulina y leves descensos en ciertos marcadores cardiovasculares. No obstante, esos resultados no parecen diferir de los obtenidos con dietas hipocalóricas tradicionales cuando la pérdida de peso es similar.

“Hasta el momento no se ha demostrado que el ayuno intermitente sea superior a otros enfoques nutricionales cuando la pérdida de peso es comparable”, afirmó Picchio.

El especialista también alertó sobre posibles efectos adversos: hipoglucemias en personas con diabetes en tratamiento, episodios de atracones y descompensaciones en pacientes con enfermedades cardiovasculares no controladas. Por eso, insistió en que no se trata de una estrategia válida para todos los casos.

Dietas de moda: promesas rápidas, evidencia limitada

Entre los planes más difundidos aparece la dieta cetogénica, caracterizada por un alto consumo de grasas y una restricción marcada de hidratos de carbono. Si bien puede generar descensos de peso en el corto plazo, la FAC advierte que no está exenta de riesgos.

“En personas con predisposición genética puede aumentar el colesterol LDL, producir cetosis excesiva y generar déficits de micronutrientes”, explicó Picchio, quien remarcó que solo debería indicarse en situaciones puntuales y bajo control médico-nutricional.

Otro caso frecuente son las dietas détox, basadas en jugos o restricciones extremas con el supuesto objetivo de “eliminar toxinas”. Desde la cardiología, la respuesta es clara.

“No existe evidencia científica que demuestre beneficios reales. El organismo ya cuenta con mecanismos propios de desintoxicación a través del hígado y los riñones”, sostuvo el especialista.

Las dietas ultra hipocalóricas y aquellas centradas en los llamados “superalimentos” completan el panorama. En el primer caso, el descenso acelerado de peso suele ir acompañado de pérdida de masa muscular y efecto rebote; en el segundo, se exageran propiedades de productos aislados sin considerar el patrón alimentario global.

“Ningún alimento por sí solo previene ni cura enfermedades. Los beneficios dependen del conjunto de la alimentación”, remarcó Picchio.

La mirada cardiovascular

Frente a la sobreabundancia de información, la FAC plantea tres criterios básicos para evaluar cualquier enfoque nutricional: que sea seguro desde el punto de vista metabólico y cardiovascular, que pueda sostenerse en el tiempo y que se adapte a la situación clínica de cada persona.

En ese marco, los patrones con mayor respaldo científico siguen siendo la dieta mediterránea, la dieta DASH y otras formas de alimentación basadas en alimentos reales, poco procesados y con equilibrio de nutrientes.

“Ninguna dieta de moda ha demostrado ser superior de manera sostenida a estos modelos, que cuentan con décadas de respaldo científico”, concluyó el cardiólogo.

Desde la Federación subrayan que tanto el ayuno intermitente como algunas dietas populares pueden tener un rol en contextos específicos, pero no constituyen soluciones universales. La recomendación central sigue siendo la misma: información confiable, evaluación personalizada y acompañamiento profesional, especialmente en personas con enfermedades crónicas o riesgo cardiovascular.

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