

Por: 7Ma Medios
La Iglesia Católica inauguró una nueva era con la elección de Robert Francis Prevost como papa. Nacido en Chicago y formado pastoralmente en Perú, el nuevo pontífice adoptó el nombre de León XIV, en un guiño a las raíces doctrinales y sociales de la Iglesia. Su perfil, que combina experiencia misionera, formación teológica y visión pastoral, refleja una síntesis inédita entre norte y sur.
A los 69 años, el nuevo líder del Vaticano simboliza el legado del papa Francisco con acento propio. Naturalizado peruano, Prevost dirigió diócesis clave como Trujillo, Chiclayo y Callao, y se desempeñó como prefecto del Dicasterio para los Obispos, uno de los organismos más influyentes de la Curia romana.
Desde sus primeras palabras como Sumo Pontífice, León XIV hizo un llamado “a la paz entre todos los pueblos”, marcando una postura de diálogo y cercanía. Su elección refuerza la continuidad del sur global en la cúpula vaticana, al tiempo que introduce el pragmatismo organizativo del norte. “Unir el peso estructural del norte con la vitalidad espiritual del sur”, tituló el diario Corriere della Sera.
Su trayectoria eclesiástica comenzó en 1977 con la Orden de San Agustín. Se formó en teología en Estados Unidos y se doctoró en Derecho Canónico en Roma. En 1985 llegó al Perú, donde se integró profundamente en la vida religiosa y social del país. Su enfoque pastoral siempre estuvo ligado a la formación del clero, la justicia social y la protección del medio ambiente.
Fue también figura clave en la Pontificia Comisión para América Latina y en otros siete dicasterios, consolidando su perfil como un articulador respetado entre sectores conservadores y reformistas.
León XIV mantiene posturas tradicionales en temas como el sacerdocio femenino, pero promueve un rol más activo de la mujer en la Iglesia y defiende una pastoral sin clericalismos. “Vivir el Evangelio con autenticidad es estar del lado de los excluidos”, afirmó en una entrevista reciente. También respaldó la carta de los obispos de Estados Unidos contra las deportaciones masivas.
Su elección del nombre León remite al histórico León XIII, recordado por su compromiso con los derechos laborales y su célebre encíclica Rerum novarum. La elección no es casual: el nuevo papa asume el desafío de conducir una Iglesia en transformación, desde una identidad forjada entre el altiplano peruano y las calles de Chicago.
Los ojos del mundo están puestos ahora en su primer viaje apostólico y en las futuras designaciones en la Curia. Con alma andina y vocación reformista, León XIV inicia su pontificado con la promesa de tender puentes donde antes hubo muros.