

Federico Jusid nació en un ambiente vinculado al cine, bajo la influencia de su padre, director Juan José Jusid (Tute cabrero, Made in Argentina, Asesinato en el Senado de la Nación) y su madre, la actriz Luisina Brando.
Federico a la edad de los siete años comenzó a tocar el piano y hoy es uno de los músicos más reconocidos en el cine de Europa y Estados Unidos por sus dotes como solista, compositor y director de música sinfónica.
Saltó a la fama luego del secreto de sus ojos, de Juan José Campanella, la película que disparó su carrera.
Debido a la carga de trabajo para cine y televisión que se le ofrecieron dos casas: una en Madrid y otra en Los Ángeles. Sería difícil reseñar acá toda su carrera; podemos mencionar, entre otras obras, la banda de sonido de Exodus, Dioses y Reyes, de Ridley Scott; Kidnap, con Halle Berry; Todos tenemos un plan, con Viggo Mortensen; La fuga, de Eduardo Mignogna y The English, con Emily Blunt.
Sin embargo sus trabajos para el cine y la televisión no impiden su actividad como pianista y director sinfónico en las salas de concierto. Ha tocado como solista en el Carnegie Weill Hall de Nueva York, en Frankfurt, Tel Aviv, París y Estocolmo. Compuso, entre otras, la pieza “Tango Rhapsody”, comisionada por el Martha Argerich Project para el International Music Festival de Lugano y el año pasado se presentó en el Teatro Colón, donde interpretó música propia y obras de Alberto Ginastera y Alex Nante. Un artista de lujo.